El ancla
'El Señor es mi fortaleza'. (Salmo 18)
Los primeros cristianos recurrieron con frecuencia a la imagen de un ancla para representar la cruz de Cristo. El ancla da seguridad a quien navega; y Cristo en la cruz, prueba del amor incondicional de Dios por su creación, se ha convertido en el ancla segura y firme capaz de proteger en las vicisitudes de la travesía de la vida y de la muerte y de dar firmeza en la esperanza hasta entrar un día en el interior del mismo misterio de Dios (cf. Hb 6, 19-20).“¿Y qué es lo que más necesita el hombre de todos los tiempos sino esto: una sólida ancla para su vida?” (Benedicto XVI).